Entregan pozo de agua potable tras 20 años de espera
Después de dos décadas, Xochicalco tiene acceso al agua potable: entregan nuevo pozo con inversión estatal
Xochicalco, Morelos.– Tras más de veinte años de espera y promesas incumplidas, los habitantes de la comunidad de Xochicalco, en el municipio de Miacatlán, celebran hoy la entrega oficial de un pozo de agua potable que promete transformar profundamente su calidad de vida. La obra, que requirió una inversión cercana a los 7 millones de pesos, fue inaugurada por la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia.
Durante décadas, las familias de esta zona vivieron con un acceso intermitente e insalubre al agua. Dependían de pipas irregulares, pozos artesanales y manantiales no aptos para el consumo humano. Esta situación no solo afectaba la salud pública, sino también las actividades cotidianas y escolares de la comunidad.
En su intervención, González Saravia enfatizó que esta entrega es parte de una estrategia integral de combate al rezago social que su administración impulsa con firmeza. “El acceso al agua no es un privilegio, es un derecho. Este pozo representa dignidad, salud y justicia para Xochicalco”, afirmó la mandataria estatal frente a decenas de pobladores que acudieron al acto protocolario.
Un proyecto esperado por generaciones
Vecinos de la comunidad, muchos de ellos adultos mayores, narraron que desde los años noventa se solicitaba una solución definitiva al problema del agua. “Nos cansamos de prometerles a nuestros hijos que algún día llegaría el agua. Hoy, por fin, esa promesa se cumplió”, dijo conmovido el señor Joaquín Hernández, habitante de la zona.
El nuevo pozo, que tiene una profundidad de más de 150 metros, está equipado con sistema de bombeo y una red de distribución que conectará a la mayoría de los hogares del núcleo poblacional. La infraestructura cumple con las normas sanitarias y técnicas establecidas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Salud.
Compromiso con los servicios básicos
Durante la inauguración, la gobernadora estuvo acompañada por funcionarios de la Comisión Estatal del Agua, representantes de la comunidad y autoridades municipales de Miacatlán. Todos coincidieron en que esta obra es una muestra de cómo la voluntad política puede cerrar brechas históricas de desigualdad.
“La falta de agua potable no solo es un problema de salud, también es una barrera al desarrollo. Hoy rompemos con esa barrera en Xochicalco”, señaló el director estatal de Infraestructura Hídrica, quien destacó que esta obra es solo una de varias que se tienen previstas para zonas marginadas del estado.
Salud, educación y economía: impactos positivos
Expertos en desarrollo comunitario afirman que el acceso regular al agua potable incide directamente en la mejora de condiciones sanitarias, reduce enfermedades gastrointestinales y mejora el rendimiento escolar de niños y jóvenes. Asimismo, permite a las mujeres —quienes tradicionalmente cargaban con la responsabilidad de acarrear agua— disponer de tiempo para actividades productivas o educativas.
“El agua es una base de desarrollo. Esta obra traerá beneficios que van más allá del líquido: mejora la salud, el bienestar emocional y la organización social”, explicó la socióloga Patricia Méndez, quien ha trabajado con comunidades en rezago hídrico.
Un paso más hacia la equidad social
La administración estatal ha señalado que en lo que resta del año continuará con obras similares en otras localidades con necesidades críticas. De acuerdo con datos del INEGI, todavía hay miles de personas en Morelos sin acceso continuo al agua potable, especialmente en zonas rurales.
Con este proyecto en Xochicalco, el gobierno de Margarita González Saravia busca enviar un mensaje claro: que el desarrollo debe llegar a todos, sin importar lo remoto o marginado del territorio.
El pozo de agua potable no solo es una infraestructura física, es también un símbolo del poder transformador de las políticas públicas cuando se orientan a garantizar derechos y dignidad para todos.
